Introducción

Actualmente es muy frecuente que a los niños se les recomiende realizar ejercicios de optometría.

En general, se aconsejan a niños a los que les cuesta más la lectura, se cansan rápidamente o se distraen con mucha facilidad. Los mismos psicólogos de los colegios son los que aconsejan a los padres que acudan a un optometrista para que les haga una exploración optométrica y les prescriba unos ejercicios.

Debido a que la exploración optométrica y los ejercicios no están incluidos en el sistema público de salud, ni habitualmente en las compañías de seguros privados, los padres están desconcertados y son con frecuencia suspicaces ante algo que no entienden muy bien de qué se trata, pero que les han dicho que es necesario para su hijo, y que tienen que pagar de su bolsillo.

No es nuestra intención entrar en el debate de si los ejercicios de optometría son útiles o no, ya que cada niño es diferente, y para unos puede serlo (por diferentes motivos) y para otros no tienen más efecto que la evolución madurativa normal por la edad. Sin embargo, consideramos fundamental que antes de realizar cualquier valoración optométrica el niño debe ser examinado por un oftalmólogo infantil, que debe determinar si existe algún problema orgánico concreto que produzca mala visión con cada ojo por separado y, sobretodo, si existe alguna dificultad en la coordinación entre un ojo y otro.

Revisiones oftalmológicas niños

Exploración oftalmológica

Antes de valorar la dominancia ocular con tests excesivamente simples y diagnosticar lateralidad cruzada, el oftalmólogo debe haber realizado una exploración oftalmológica con gotas ciclopléjicas que pueden determinar, por ejemplo, que un ojo sea más hipermétrope que otro, a pesar de dar una buena visión con ambos.

Es importante detectar cualquier alteración sutil en la retina, córnea o cristalino que ocasione que un ojo tenga peor visión que el otro y por ello sea uno dominante con respecto al de peor visión. Microestrabismos que estéticamente son inapreciables pueden producir ojos vagos (ambliopía). Asimismo, algunas parálisis ligeras de los músculos encargados del movimiento ocular pueden producir posturas anómalas de la cabeza para la lectura que deben ser diagnosticadas para tratar la causa y no solo el síntoma.

Conclusiones

En definitiva, antes de iniciar un tratamiento optométrico, se debe realizar una exploración por un oftalmólogo pediátrico que descarte problemas oftalmológicos susceptibles de ser tratados.