La lámpara de hendidura es el “aparato” utilizado con mayor frecuencia en la consulta de un oftalmólogo. A efectos prácticos, consiste en un microscopio montado sobre una mesa de exploración, que utiliza como fuente de iluminación una hendidura de luz, producida por una bombilla situada en el interior del mismo.

De este modo, se consiguen los dos objetivos más importantes de la exploración: observar las estructuras del ojo a gran tamaño y utilizar la hendidura de luz para iluminar dichas estructuras y localizarlas en las diferentes profundidades del campo. Con este sistema, aparentemente tan sencillo, se pueden observar la mayoría de los elementos oculares, ya que la transparencia de los medios que atraviesa la luz (córnea, humor acuoso, cristalino, humor vítreo) nos permite evaluar desde la superficie del globo ocular hasta la retina (que tapiza el interior del mismo).

Ejemplos prácticos

Del aspecto del ojo cuando se explora con la lámpara de hendidura:

  1. Exploración de la parte anterior de un globo ocular normal, con la pupila sin dilatar.
  2. Aspecto de una lesión superficial de la conjuntiva, la pinguécula, que se presenta como una mancha superficial amarillenta, adyacente a la unión de la córnea con la esclera.
  3. Imagen de una catarata u opacidad cristaliniana. Se observa como una densidad de color verdoso, situada en el centro de la pupila dilatada mediante el uso de colirios.
  4. El uso de un colorante, la fluoresceína, y de una luz de color azul cobalto en la lámpara de hendidura nos permite explorar la superficie de la córnea y de la conjuntiva. Cualquier defecto en esas dos estructuras se aprecia como una imagen fluorescente del mismo tamaño y forma que la lesión original. En caso de normalidad, como en este vídeo, se aprecia un tono azulado homogéneo sobre la totalidad de la superficie ocular.